El camino de mi vida. Un comienzo llano, pacífico... Nuestras pequeñas manos despegan del suelo y nuestros frágiles pies comienzan a dar sus primeros pasos, hacia un destino que nadie conoce.
Andamos divertidos, sin pausa... Jugamos, reimos. Hasta que llega un momento en el que queremos correr. Llegamos a los pies de algunas montañas y las escalamos. Podemos caer en picado, tropezar. Pero siempre el viento nos alza y nos hace volar.
Podemos encontrar compañeros de viaje, que lleven nuestras pesadas mochilas y nos entretengan en el camino. A veces andan a nuestro lado desde siempre y para siempre, y en otras, toman desvíos y su permanencia en nuestra vida es temporal.
Llegarán algunos momentos, en los cuales tendremos que elegir, sin saber lo que nos depara la suerte, arriesgarnos. Utilizar la brújula de nuestros sentimientos y el mapa de la razón.
Hasta finalmente, llegar a un punto que nos indique el final del camino, cansados, viejos, pero con la satisfacción de haberlo recorrido y haber llegado al destino: la eternidad.
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