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Un periódico: cientos de páginas plagadas de historias actuales que configuran un mosaico de los hechos principales del día.

"Los jóvenes necesitan el 86% de su renta para comprar un piso", leo en las primeras hojas. La crisis del ladrillo, no era un hecho desconocido para mí, ni siquiera la dificultad de los jóvenes de los jóvenes para conseguir un vivienda… Pero ¿Un 86%?. Sigo leyendo, y llego a las páginas de cultura “Más madera en las subvenciones al cine”. Podría parecer un titular cualquiera, en una situación corriente. Pero la noticia relata un plan superdetallado acerca de las ayudas y las medidas que van a tomar el ministerio de cultura para impulsar el cine español a nivel nacional y en el extranjero.

Contrastando las noticias, podría parecer que hoy en día preocupa más que el cine español tenga su público y reconocimiento a que las personas no puedan acceder a un derecho fundamental como es la vivienda. No. No importa que no llegues a fin de mes y que tengas que quedarte en casa de tus padres hasta los 30.

No te preocupes, porque el gobierno de tu país va a destinar gran cantidad de fondos para que nuestro cine sea visto en el extranjero y se evidencie, en estos países también, la decadencia de nuestras producciones.
No te alteres, querido lector. Almodóvar y compañía utilizarán fondos públicos para desarrollar sus mediocridades.

Mi crítica, en este caso, es que aquellos responsables de gestionar nuestros recursos lo hagan con criterio, priorizando aquellas cuestiones que afecten directamente a los ciudadanos y posponiendo aquellos asuntos con menos importancia.